El sol es custodio de los períodos, anunciando
Y manifestando los cambios y estaciones
Heráclito.
Apolo, autor de poesía, portador de carcaj,
arquero de flechas poderosas(…) vidente, sacerdote y médico.
Giordano Bruno
El 21 de Diciembre de cada año el sol se encuentra en su perihelio, es decir el punto más próximo de su órbita anual a la tierra. Aparece en el horizonte sobre el punto más cercano a los polos en cada hemisferio. En su larga carrera la primavera nos parece más larga, porque lo es. El sol se toma 94 días desde el equinoccio de primavera al solsticio de Diciembre, 92 días desde ahora hasta otoño, y luego 89 días hasta el solsticio de invierno. En enero la tierra se mueve un 6% más rápido que en Julio. Tycho Brahe observó estas peculiaridades de la danza conjunta de la tierra y el sol, Kepler intuyó el pentagrama, se trataba de una elipse casi perfecta y Newton puso las notas, al explicar por qué cuando se acercan tierra y sol deben moverse más rápido, para no ser atraídos mutuamente y “caer”por la fuerza de gravedad, y más lentos cuando están lejos, para no dejar de ser atraídos el uno al otro y “escapar” de la trayectoria. Cuentan los viajeros que el lugar más emblemático para presenciar la llegada del solsticio de verano es la cima del Monte Fuji en Japón, hecho que tiene lugar a las 4.37 hs del 21 de Junio. Cientos de peregrinos emprenden año a año el ascenso a la mítica montaña. El monte se encuentra custodiado por la diosa solar Amaterasu que según la leyenda, en el siglo III envío a su nieto a pacificar el Japón en tiempos de guerra. Y su bisnieto fundó la dinastía imperial que todavía gobierna. Allí, en el lugar más oriental y más alto posible del planeta se ve asomar al sol como en ninguna otra parte en un espectáculo único de colores, morado, índigo, púrpura, ocre, rojizo, etc.
Hasta levantarse con luz cegadora. Además en el amanecer de los días previos, el sol parece detenerse dos o tres minutos en su ascenso, de allí el nombre solsticio, de sol y Stitium, que proviene de Sistere, estarse quieto. De la misma manera Armisticio, significa que las armas se detienen. Puede considerarse a nuestra querida estrella como creadora y destructora de mundos ya que sin su existencia y ofrenda de calor ningún tipo de vida sería posible, pero al mismo tiempo, como un verdugo ya que cuando cesen sus elementos combustibles y deje de iluminar y calentar La Tierra. Sobrevendrá el frío, la oscuridad total y la desaparición de la Biósfera. Por esta doble cualidad los hombres erigieron miles de templos en su honor, desde Stonehenge hasta las pirámides egipcias, aztecas, mayas e incas. Y muchos reyes y jefes de civilizaciones arcaicas se autoproclamaron hijos del Sol. El desempeño de los gobernantes estaba asociado a los fenómenos celestes. Un eclipse podía ser un buen o mal presagio según cuando ocurriera. Por ejemplo el que tuvo lugar el 28 de Mayo del año 585 AC, sorprendió a Lidios y Medos en medio de la batalla. Dos pueblos que Llevaban 5 años peleando, pero al oscurecerse el cielo ambos generales creyeron ver una señal divina y sellaron un acuerdo de paz. Prácticamente todas las sociedades a lo largo de la
historia de la humanidad concibieron mitos solares. En el costero Perú y el norte del estrecho Chile las tribus lo llamaron dios Inti, que descendía al océano por las noches y regresaba por el Este a la mañana nadando, refrescado por el baño. En Egipto, el dios solar Ra, creador del Nilo, el sol y todo lo conocido, tenía tres nombres, Khepri por la mañana, Ra al mediodía y Atum por la noche, pero su poder estaba en su nombre secreto, el que no podía ser revelado y mantenía oculto. Los Babilonios construyeron un Zigurat de 120 metros de alto con siete niveles, con un santuario en su cima con una cama de oro macizo, en la que cada noche una muchacha tendida con los ojos vendados aguardaba la visita del Dios Sol, o de su más asiduo representante en la tierra. En la antigua mitología china, la diosa Xihi da a luz diez pequeños soles, los que cuida, y lava
todos los días dejando ascender sólo uno cada vez, hasta que los pequeños crecen y se rebelan, escapando y ascendiendo juntos. Pronto el calor se volvió abrasador, se secaron los pantanos y arrozales, y todo perecía en campo yermo, hasta que un joven y heroico arquero, Hu-Yi derriba nueve soles. Desde entonces sólo hay un sol. En Nuevo Mexico, un indio anciano, de la tribu de los Taos, le dijo a Carl Jung, el famoso psicoanalista, señalando al cielo, “¿No es este que se mueve nuestro Padre? ¿Cómo puede haber otro dios? Nada puede existir sin él”. Jung preguntó si no podía tratarse de una bola de fuego
manejada por otro dios invisible. El viejo dijo entonces, “El sol es dios, de eso se da cuenta cualquiera, nuestro pueblo vive en el techo del mundo, somos los hijos del padre Sol, y con nuestra religión ayudamos a nuestro padre a cruzar el cielo cada día. No lo hacemos por nosotros sino por todo el mundo” Nótese el sentido de trascendencia de la creencia, ¿acaso no es similar a
lo que pregona la masonería al trabajar sobre cada individuo para que este obre en la sociedad? ¿Pulir y desbastar cada hermano para mejorar la humanidad entera? Y si nos parece ajena la ideade ser vástagos de Apolo, baste recordar estos pasajes del ritual: “Que la armonía, la concordia y la unión sean siempre los cimientos de nuestras obras. Que la prudencia, la discreción y la modestia sean siempre patrimonio de los miembros de este taller, a fin de que en todas ocasiones pueda distinguirse por la sabiduría de sus discursos, y por la rectitud de sus acciones que son verdaderos
hijos de la luz”.
R.F
