SALÓN DE PASOS PERDIDOS
Hemos sentido su nombre “Salón de los pasos perdidos” en diferentes edificios, se trata de una expresión usada en masonería, a la que la Ilustración trasladó a los Parlamentos de casi todo el mundo.
Los franceses lo denominan “salle des pas perdus” a la antecámara en la que son ubicados los visitantes antes de su admisión en la logia. Los alemanes la llaman el antepario (“vorhof”), y algunas veces, del mismo modo que los franceses, “dersaal der verlornen Schritte”.
Entendamos en clave masónica: “Pasos Perdidos es aquel lugar y tiempo que simboliza nuestros estados de conciencia. Es ese aquí y ahora en el que transitamos de una vivencia a otra; es como caminar sobre el pavimento bicolor, donde pasamos de una emoción a otra, de una sensación a otra.
Pasos Perdidos es a su vez, la imagen del Morador en el Umbral o el “Terrible”, ese personaje que nos asusta con sus ropajes oscuros y su puñal; ese personaje, que nosotros mismos hemos creado a lo largo de eones de tiempo y que hemos alimentado al acrecentar nuestras oscilaciones emocionales, y que nos provoca miedos, angustias, estados depresivos, o contrariamente eufóricos y desenfrenados, de modo tal que así “perdamos nuestros pasos”.
Enfrentarnos a esta entidad, es enfrentarnos a nosotros mismos; es “recuperar nuestros pasos”, reorientarnos hacia una gradual liberación de su dominio.
Pero este enemigo, al que debemos enfrentar, y que cotidianamente nos hace frente sin que lo sepamos, porque al fin y al cabo es parte de nosotros mismos, se opondrá a cada avance en el correcto sendero, que nosotros hagamos. Y reconciliarnos con nosotros mismos, es reconciliarnos con esta entidad, de modo tal, que a medida que avanzamos en la Luz, lo vamos diluyendo, disipando y desterrando de su influencia.
En Pasos Perdidos nos debatimos en el mundo de las dualidades, en tanto en el Templo se fusionan éstas en la Unidad esencial.
Pasos Perdidos es entonces, un lugar-momento de tránsito entre las dualidades, pero no es las dualidades en sí, sino sólo el intervalo entre éstas.
Pasos Perdidos simboliza además ese mundo intermedio entre lo masónico y lo profano; es esa línea que divide y une a ambos mundos”.
Los Pasos Perdidos, es la antesala del Templo, que conduce y convoca a la charla amena, esperando el momento para entrar al Templo.
Entre los más conocidos están el del Palacio del Congreso de Buenos Aires, el Salón del Palacio Legislativo del Uruguay y el Capitolio de la Habana.
Fuente: Biblioteca GOFRA